
Beneficios de convivir con un perro, según la ciencia. Diversos estudios confirman que compartir la vida con un can mejora la salud integral de personas de todas las edades.
Instituciones como Harvard, UC Davis y Mayo Clinic analizaron cómo los perros influyen en la salud física, mental y emocional de quienes conviven con ellos.
Los tutores de perros presentan menor estrés, ansiedad y depresión. Además, realizan más actividad física y muestran mejor calidad de vida, según estas investigaciones.
Caminar 30 minutos diarios con un perro reduce riesgos de enfermedades cardiovasculares, cáncer de colon y diabetes tipo 2, de acuerdo con Mayo Clinic.
Un estudio británico demostró que quienes tienen perro caminan 300 minutos semanales, superando en 200 minutos a quienes no poseen mascotas.
La actividad física regular mejora el sueño, la circulación, la movilidad y la fuerza muscular, al tiempo que disminuye los niveles de ansiedad.
Estudios con electroencefalogramas revelan que jugar, acariciar o caminar con perros activa ondas cerebrales asociadas con relajación, concentración y coordinación motora.
Harvard destacó que acariciar un perro libera oxitocina, la hormona del amor, que fortalece vínculos y reduce la sensación de soledad.
En personas mayores, los perros disminuyen el aislamiento, fomentan rutinas saludables y ayudan a sobrellevar enfermedades como el Alzheimer o la demencia.
Tener un perro también promueve la interacción social y mejora el estado de ánimo. Ayuda a prevenir ataques cardíacos y trastornos cognitivos.
En entornos laborales, los perros reducen el estrés, motivan la actividad física y fortalecen el bienestar emocional, según Mayo Clinic.
Los perros enseñan a vivir el presente. Al caminar con ellos, el entorno cobra sentido y se convierte en una experiencia consciente que disminuye el estrés diario.